El árbol de Diana

lunes, enero 23, 2006

Virgo ascendente Géminis

Como siempre, el horóscopo del día en cada sitio pone una cosa distinta. Ignorando el motivo lo continuo leyendo. Si coincido con él en el periódico, si abro el correo... Porque sí, me apunté en "Astrocentro" para que me enviasen a mi cuenta el horóscopo diario... La verdad que hay dias que ni lo miro, porque no dan una. Sigo pensando que aunque soy Virgo, mi ascendente que es Géminis acierta más. De todas formas según me parezca me aferro a uno u otro.

Y si explico esto me arriesgo a que alguien diga que si creo en esas tonterias, y yo responderé que lo hago por entretenimiento, por curiosidad, porque es una forma de empezar el día, porque es un tema que sale en las cenas de amigos, porque hay que saber de todo... Pero no. Lo hago porque queda esperanza. Algo habrá que haga de tu mísero lunes un día diferente. Si es bueno, ¡perfecto! y si es malo... Tranquila, mañana será otro día.

Lo cierto es que he caído por el 20 minutos y la primera línea de Virgo te suelta que "insistes en ser perfecta y eso te cuesta muchos disgustos" Qué cabrones, lo habrán acertado con el 90% de la población que se mata cada día con llegar a tiempo al curro, sacar el trabajo, comprar, ver a los amigos y amiguetes, tener la casa limpia, ir a ese curso q estás haciendo... y yo que sé qué más. Pero lo cierto es que leerla me ha hecho pararme un momentito y pensar... YA. Ya está. No eres perfecta, no puedes hacer todo lo que haces y que todo salga bien. No puedes estar guapa, caer genial a todo el mundo, ser super limpia y organizada y multiplicarte por 20 para ir a todos los cursos, a todas las reuniones, exposiciones, y a tantos sitios que querría ir. Y hazte a la idea, Diana, que no puedes ver a todos los amigos. No hay tiempo. Y no me sentiré una perdida, ni una inpuntual, ni una vaga, ni que nací cansada (que decía mi madre) ni nada de eso. Hoy haré lo que me de tiempo a hacer, lo disfrutaré y me iré a dormir tranquila porque mañana habrá otro día.

martes, enero 17, 2006

Árbol de Diana

Duermo, duermo, duermo, duermo, soy un árbol, un vegetal, y pienso, pienso, pienso, pienso, y la savia bulle en mi interior y extraigo lágrimas del suelo, y, a través de pasadizos vegetales las elevo a la copa. Las elevo a la copa. La parte de mi cuerpo sumida en la tierra me concede una firme sensación de equilibrio. Raíces, pies de madera y fibras que aman la tierra. Soy un árbol, el eje del mundo. Estructura suficiente y completa.

Grité cuando la sangre se convirtió en savia, cuando las hojas comenzarona invadir mis brazos, cuando mis pies plantaron raíces, cuando mis dedos empezaron a germinar en la tierra, cuando mis cabellos, hechos hojas, se enredaron en la frondosa arquitectura del ramaje.

Grité cuando mis brazos se tornaron en ramas, mis piernas en tronco, mis cabellos en hojas, grité mientras mi cuerpo se iba volviendo ocre y verde, gris limón como mis ojos, grité mientras pensaba que poco puede una ninfa contra el deseo de un dios.

Ya no puedo correr, porque me he negado a ser la puta de un dios. Porque me he negado al absurdo comercio de mi cuerpo, me he convertido en un laurel. Y ahora soy mi propia dueña, árbol de majestad que crece digno en medio de la tierra. Edén de abundancia y descanso, laboratorio de savia y agua, largas venas de madera, cordón umbilical de raíces y tierra.

Prisionera de mis raíces, me acarician los vientos y el sol y la lluvia y las alas de las aves, y me arrulla la música que nunca vence, que nunca mengua, que nunca calla, siento que me mece el viento como si me acunara, el ritmo de la música que ondea hacia la eternidad como los arroyos transparentes del país de las ninfas; los pájaros retozan en las ramas, me hacen cosquillas en las nervaduras y el sol brilla sobre mis hojas en los ramajes de verdor rumoroso, en mi espléndida capa verde, y duermo, duermo, duermo, duermo, soy un árbol, y pienso, pienso, pienso, pienso y la savia bulle en mi interior...

Soy un árbol. Estructura suficiente y completa.

Estructura suficiente y completa.