Magia

La mayor parte de los días me levanto de la cama felíz. Nadie me despierta (ni siquiera el despertador) y me encanta mi casa cuando es de día porque está llena de luz. Durante los últimos meses me voy dando cuenta de que no me levanto de mal humor porque tu sí que lo haces, y yo no paro de reir, hacer bromas, y tú me miras con cara de pocos amigos. Yo me pongo nerviosa y me entra aún más la risa y no puedo parar de decir tonterias.

Hoy me he levantado un poco antes de lo normal y antes que tú. He intentado despertarte haciéndote mil perrerias durante un buen rato pero no había manera. Cuando por fin te has levantado estaba contenta de ir a pasar el día fuera. Tanto sol, el cielo azul y un domingo al que le sacamos algo de provecho.

Mientras te duchas te tomo el pelo, intento contagiarte de mi alegría y me enfurruño un poco si pasas de mi. En verdad disfruto porque me siento como una niña y cuando salimos a la calle te explico que es domingo de ramos, y te cuento la historia aunque no sé si es la de verdad porque no me acuerdo bien.

En el metro algunos van con los ramos y una mujer lleva un globo. "Vull un globus! te digo, sin ton ni son, en mi papel de cría con zapatos nuevos. Metes la mano en el bolsillo y sacas un globo. "Uuuh ¡Magiaaa!" y te he hecho sonreir, y ha cambiado tu humor, y hoy ha sido un día perfecto.