El globo rosa

Hoy me he acordado de una cosa que hice el otro día y me daba la risa porque es de estas cosas que nadie diría que no vas fumada. Es una inmensa tontería, pero me hace gracia explicarlo:

Salí de trabajar a las 22h, de noche y con un frío que pelaba. Bajaba de camino al metro, molida, con el gran abrigo, las manos en los bolsillos y no sé en qué cosa iría pensando. Había un globo en el suelo, más adelante, y estaba hinchado. Pensé “Le daré una patada”. No sé por qué iba hacia el globo pensando en chutarlo, pero cuando llegué al lado de él pasé de largo. Nada, dos metros o tres.

De repente fue como si volviese atrás en el tiempo y pensase en todas las cosas que en un momento dado fui a hacer y me quedé parada, o recordando aquello que ya en la cama piensas “Le tendría que haber dicho no sé qué…y me callé”. Y en ese mismo instante me volví, retrocedí esos pasos sólo para dar una patada al globo y seguí calle abajo sonriéndome.