En el maravilloso mundo de Diana...
... no hemos perdido la capacidad de sorprendernos.
Voy en el autobús y estoy rodeada de gente que tiene su vida igual que yo tengo la mia y no nos conocemos de nada. Cada uno lleva una historia a sus espaldas y yo no estoy en ninguna de ellas, ni ellos en las mias. Y no somos conscientes de que pertenecemos a este mundo en el que nacemos y que ya está hecho así y todo nos parece natural. Y me pregunto si desde fuera alguien estará quedándose boquiabierto de ver cuántos somos, cómo crecen edificios por todas partes, cómo nos movemos como hormiguitas, de aquí para allá, en cochecitos, autobuses, avioncitos, y otros chismes de micromachín. Por no hablar de conversaciones, penas, costumbres, hábitos y culturas. Y ya no nos sorprendemos.
Voy en el autobús y estoy rodeada de gente que tiene su vida igual que yo tengo la mia y no nos conocemos de nada. Cada uno lleva una historia a sus espaldas y yo no estoy en ninguna de ellas, ni ellos en las mias. Y no somos conscientes de que pertenecemos a este mundo en el que nacemos y que ya está hecho así y todo nos parece natural. Y me pregunto si desde fuera alguien estará quedándose boquiabierto de ver cuántos somos, cómo crecen edificios por todas partes, cómo nos movemos como hormiguitas, de aquí para allá, en cochecitos, autobuses, avioncitos, y otros chismes de micromachín. Por no hablar de conversaciones, penas, costumbres, hábitos y culturas. Y ya no nos sorprendemos.
1 Comments:
Sí, ya.. cuéntaselo a otra! Te ha traicionado el subconsciente! jajaja...
Eso es genial, cada día una aventura!
By Diana, at 4:19 p. m.
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